martes, 13 de septiembre de 2011

La educación y la escuela como espacios políticos. Parte 1

 

 La educación es desde ya hace unos cuantos años, un derecho al que todos los cuidadanos tenemos derechos de acceder. No es sino recien en el siglo XIX que en nuestro pais se ha formalizado a la misma de modo democratico permitiendo que no solo la elite pueda tener acceso al conocimiento elaborado, sino tambien el pueblo. Desde estos orígenes del sistema educativo, puede reconocerse que la educación a perseguido fines políticos, respondiendo a los intereses del orden liberal de la oligarquía terrateniente nacional por aquel entonces. Sus objetivos, homogeneizar a una sociedad heterogénea producto de la llegada de cientos de inmigrantes que ponían en peligro la estabilidad del poder establecido. Es así que desde es Estado central se hace necesario la concentración de la educación en manos del Estado, como manera de poder controlar a una sociedad diversificada.
La educación, por ende, siempre es política. Existe aún hoy la falsa idea de que a la escuela se va a estudiar, acerca de historia, de lengua o matemáticas, pero lo que olvida este tipo de razonamiento es que la constitución de que tales contenidos sean enseñados, y otros tales no, pasan por una decisión absolutamente política. Incluso, los contenidos a enseñar, son contenidos políticos. Sino como puede comprenderse la veneración que de Sarmiento se hiciera en las escuelas. Aquel Sarmiento que respondía a los intereses de la oligarquía trasnacional y que propusiera la campaña del desierto eliminando a los hombres que habitaron por miles de años esas tierras, para hacer de estas hermosas estancias que quedarían en una pocas manos extranjeras. Ese mismo Sarmiento, parece estar un tanto alejado del que se nos enseña en la tan querida escuela.
 Durante la década de los '90, producto de las políticas neoliberales, circuló en la sociedad la falsa idea del fin de las ideologías y la idea de que la política no podria resolver nada por si misma. Pero el gran maestro Paulo Freire nos haría reflexionar sobre estas farsas y nos diría que "la ideología solo se mata ideológicamente". Un verdadero genio. Las ideologías nunca mueren, sino mas bien, estan en lucha unas con otras, y en esas luchas logra imponerse una sobre otra, pero no implica la muerte de la ideología "vencida". Y en esta falta creencia, la escuela ha tomado un papel importante, proclamándose así misma como un espacio neutral y apolítico. Pero resulta que lo neutral no existe, y lo apolítico siempre es político.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Análisis del discurso de la derecha y de la clase media de cara a las próximas elecciones!


 Últimamente me vengo enfrentando a una serie de discursos que marcan diferenciadamente dos propuestas. Esto excede a lo partidario, pues parece mas bien, ser una cuestion ideológica (que no necesariamente encuentra coincidencia con lo partidario). Una de las frases que más le gusta a la derecha es la siguiente:
"El gobierno mantiene vagos, pagándoles planes trabajar, así cualquiera vive": la primera cuestión que me surge al escuchar esta frase es; si es tan fácil vivir de arriba, ¿Por qué mierda no hacen lo mismo quienes critican esto? Si es tan fácil tener hijos y que el gobierno me mantenga, hacé lo mismo! Pero no, evidentemente no es tan fácil. Ademas la frase apunta a otra idea más estupida, aquella que sostiene que a los pobres les gusta ser pobres. Nadie que haya vivido en una situacion de exclusión, pasado hambre, frio, etc, le gustaría volver a repetir tal situación. A nadie le gusta ser pobre. Ser pobre no pasa por una decisión propia, sino pasa por condiciones sociales, políticas e históricas que determinan el lugar que ocupa en la estructura social. Pero ademas surge la idea de que con un plan trabajar o una asignación por hijo se puede vivir lo mas comodamente, irónica contradicción para aquellos que quienes sostienen esta idea tambien dicen que no se puede vivir y que la plata no alcanza producto de la inflación. En conclusión, asi... no cualquiera vive.
La segunda frase es aún peor y mas vacía: "Estos negros de mierda cortan las rutas y nadie les dice nada" y mas aún peor he escuchado en estos dias "esos chilenos no son estudiantes, son todos vagos pagados".
La frase arranca con un pequeño tono discriminador ("negros de mierda"), tono tan presente en el pensamiento de clase media (como clase ideológica y no tanto como económica). 30 años de neoliberalismo arrasaron con furia concepciones como compartir, escuchar, solidaridad e impuso otras como la individualidad y el egoismo. Asi, lo que le pase al de al lado es problema de él. Cuanto a filtrado la dictadura con su "NO TE METAS", no? Pero aún peor es si esa gente que te corta la calle es un "eh guachín, un villero, un negro". Para ellos "Seguro son vagos, con solo verlos te das cuenta, incluso a veces miedo (estigmatización de la pobreza)". Nadie corta la calle porque esta re bueno, es re piola, y es re divertido. Son diversas las condiciones que llevan a las personas a protestar sobre sus derechos. Es tan legítimo un corte piquetero, como los cortes de la clase media en el 2001 o las mal llamadas protestas del campo donde la prensa se ocupó de ocultar la palabra piquete.
En conclusión, la derecha sostiene (no siempre conciente) que los cortes son mal vistos según quien los haga y según lo que protesten. Lo interesante es que para algunas personas resulta mas legítimo cortar la ruta para que los ruralistas sigan ganando millones y no es legitimo cortar porque en un barrio no hay luz.
La tercer frase va de lleno para las próximas elecciones. "Yo no voy a votar a Cristina porque a mi no me importa que haya mas científicos ni la ciencia ni la tecnología, en el pais aún hay gente que se muere de hambre, por eso voto a Duhalde". La primera idea que surge es "no importa el desarrollo cientifico" ¿Cómo no importa? La fuga de cerebros desarrollada durante los años de neoliberalismo, dejó al pais vacío de cabezas pensantes. Pero nadie mejor que ellos para explicarlo:


Revista Gente, 14 de octubre 2009 
Científicos de Regreso  
Desde la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la promulgación de la Ley 
Raíces, que promueve la repatriación de investigadores argentinos que trabajan en el 
exterior, más científicos tratan de apostar por el desarrollo de la ciencia en su país. Aquí, 
cuatro historias de retorno, y la esperanza de que esta política de Estado se mantenga 
más allá de los gobiernos de turno. 
Por Gabriela Pepe  
Los enormes pasillos del Pabellón 2 de la Ciudad Universitaria están casi vacíos. 
"¿Vos sabés cuál es nuestro problema, no? No tenemos estudiantes", preguntan (y responden) 
los entrevistados, casi a coro. Las cifras oficiales lo prueban: aunque poco a poco crece su 
número, este año apenas un 3,5 por ciento de los estudiantes inscriptos en el Ciclo Básico 
Común eligieron las carreras de Ciencias Exactas. ¿Por qué? Salida laboral complicada, falta 
de recursos y escaso desarrollo de la ciencia en el país. Nada menos... Adrián Turjanski y 
Sergio Szajnman (35 años ambos) caminan por la facultad como Pedro por su casa. Abren 
puertas, saludan, husmean, entran y salen de los laboratorios. Los dos conocen de memoria 
las aulas en las que estudiaron y se recibieron, y los pasillos que dejaron hace algunos años: el 
mundo al que decidieron volver. 
"Hay un consenso general de que el camino que empezó es mucho mejor que el que veníamos 
recorriendo", dice Turjanski.  "Lo que está pasando es altamente positivo. Esperemos que la 
idea perdure, más allá de quién esté en el gobierno", se esperanza Szajnman. El nuevo camino 
del que hablan tal vez sea el que generó que el número de estudiantes que se inscriben en las 
carreras de Ciencias Exactas haya aumentado (¡por primera vez en décadas!) en el último año. 
El primer movimiento de la sinfonía fue la creación del Ministerio de Ciencia y 
Tecnología (2007), siguió con el nombramiento del científico Lino Barañao como 
ministro, y se completó con el programa de repatriación de científicos y la financiación 
de proyectos de investigación. 
Como Turjanski y Szajnman (según fuentes del Ministerio), más de seiscientos científicos que 
trabajaban fuera del país volvieron para hacer lo mismo en su patria. 
El programa Raíces (sigla de Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el 
Exterior) fue relanzado en 2003 por la entonces Secretaría de Ciencia e impulsado en 
noviembre de 2008 a partir de la ley 26.421 repatriación de científicos como política de 
Estado. Ley que impulsa el retorno de investigadores pagándoles pasajes, subsidios de 
retorno o gastos de mudanza, según el caso, y fomenta el vínculo entre los científicos que 
viven aquí y los que siguen fuera del país.  
CAMINOS PARALELOS. Adrián Turjanski se recibió de doctor en Química en la UBA (2003) y 
viajó a los Estados Unidos para cumplir su residencia posdoctoral en el National Institute of 
Health de Maryland, donde actuó en el área de Cáncer Oral, especializada en modelado 
molecular y bioinformática. Volvió en julio de 2008 para laborar como profesor adjunto de la 
facultad y crear el .primer curso de Bioinformática.  "Lo normal en la carrera del científico es 
recibirse, hacer un doctorado y trabajar afuera algunos años para formarse y, al volver, aportar 
novedades. Pero muchos se quedan trabajando allá", explica. Además, se preparó para ser 
investigador científico del Conicet, carrera que se reabrió hace cinco años.  "La idea es salir, 
perfeccionarte, ver cómo funcionan otros sistemas científicos y tomar cosas positivas que 
hagan crecer nuestro sistema", dice Szajnman, que terminó el doctorado en Ciencias Químicas 
en la UBA (2005), pasó dos meses en la Universidad  Urbana Champaign (Illinois), ganó una 
beca para la Technische Universitát de Munich (Alemania), y en diciembre del año pasado 
echó anclas en Buenos Aires como jefe de trabajos prácticos del Departamento de Química 
Orgánica.  "En los últimos treinta años, esta facultad estuvo  casi vacía. En la dictadura hubo 
listas negras, persecución, y los que estudiaban aquí no tenían intención de quedarse, porque además no había un proyecto. A partir de la democracia, algunos llevaron adelante ciertas 
líneas de investigación, pero no había estructura.  Ahora, al menos, vemos que hay más 
financiamiento, se piensa en qué invertir, y hay áreas prioritarias de investigación", se anima 
Turjanski. 
DE IOWA A ROSARIO. Lucas Borrás (35) se recibió de ingeniero agrónomo en la UBA, se 
doctoró en Fisiología del Cultivo y partió a los Estados Unidos hace seis años, para trabajar en 
la empresa Pioneer Hi Bred Intl. (California) y luego en la Universidad de Iowa. Volvió a la 
patria en noviembre del año pasado "porque se abrieron puestos de trabajo en el Conicet y en 
la Universidad de Rosario. La cosa cierra, porque en el país la agricultura es muy fuerte", se 
entusiasma. La Agencia Nacional de Promoción Científica lo ayudó a pagar los gastos de 
mudanza, y él se instaló en Rosario como profesor adjunto full time en la Facultad de Ciencias 
Agrarias e investigador adjunto del Conicet. 
"En mi caso, el trabajo está muy relacionado con el sistema productivo. En este sector hay 
demanda de más conocimiento y asesoría. La mayoría de los que se van afuera y no vuelven 
es por una cuestión de dinero: aquí, el único que ofrece trabajo es, muchas veces, el Estado. 
Sin embargo, hay empresas privadas que pueden financiar investigaciones", dice. 
TUDO BEN... Entre la Argentina y Brasil la diferencia en inversión científica y tecnológica es 
notable.  "En Brasil, ya en los años sesenta hicieron un plan para el desarrollo de la 
investigación científica, y todos los gobiernos democráticos o de facto lo respetaron", recuerda 
Juan Pablo Ibáñez (35), ingeniero civil UBA que hasta julio del año pasado militó en la 
Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro.  Volvió al país como profesor adjunto de 
Mecánica de Suelos y Rocas en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo 
(Mendoza). "En Brasil empezamos a recibir información sobre el programa Raíces. Nos pareció 
un movimiento interesante. A mí me pagaron el pasaje en avión para volver. Es un detalle 
pequeño, pero también un primer paso para valorar al famoso cerebro argentino y recuperarlo. 
Vine a Mendoza para armar un polo científico como el que hay en Brasil, donde la mayoría de 
los profesionales e investigadores tienen doctorados o masters. Si volvemos al país, es para 
ser pioneros. Afuera hay un engranaje armado, la maquinaria está montada... En cambio, aquí 
todo está por hacerse. Si las universidades no crecen, si desperdiciamos esta chance, 
renunciaríamos otra vez a un proyecto de país". Palabra de argentino, de científico, de hombre 
que no pierde las esperanzas. Ojalá que la mano de la baraja venga con cuatro ases...  
Caminos encontrados 
Szajnman y Turjanski cursaron juntos el secundario  en la escuela ORT y entraron en la 
Facultad de Ciencias Exactas. El primero ganó becas para trabajar en la Universidad 
Technische (Alemania), y el segundo trabajó en el Instituto Nacional de la Salud de Estados 
Unidos, el centro de mayor inversión del mundo en Investigación científica. Se perfeccionaron 
afuera, pero volvieron y se encontraron en los pasillos de la Ciudad Universitaria. 
(Epígrafe foto): De vuelta al pago.  Izquierda: Según las nuevas necesidades del mercado
laboral, las Ingenierías ocupan buena posición en la línea de largada. "Hay espacio para la 
investigación en nuestra especialidad", dice Ibáñez, que en Cuyo se dedica a la mecánica de 
suelos y rocas. Derecha: Borrás, ingeniero agrónomo, trabaja en el Departamento de 
Producción Vegetal de la Universidad de Rosario. Los ayudaron a pagar sus pasajes de 
regreso y la mudanza.


Pero aún no esta del todo respondida la frase. La segunda cuestión es que en el pais aun hay hambre, y mi pregunta es ¿Que mierda haces para que no haya gente que muere de hambre? Como una especie de doble discurso, muchos salen con estas frases hechas sobre el hambre, pero son los mismos que cuando ven a un pibe pedir una moneda en la calle, los sacan cagando, les suben las ventanas de su auto, los miran con desprecio. Como si alguna vez les hubiese importado los pobres. Si, doble discurso nada más ni nada menos. Los mismos que cuando ven a el señor Diego Capusotto se cagan de risa, pero que por lo visto no han entendido su mensaje.

La cuarta y última frase es una cuestion que la vengo analizando hace 4 años. La frase es: "no se puede salir a la calle porque te cagan matando". Hace 4 años escribi una nota en la que decia que el problema de la inseguridad iba a ser tomado por la derecha como bandera a priorizar. Tiempo después De Narvaez gana las elecciones con el apoyo de Duran Barba (hoy en día el asesor de imagen de Macri), el apoyo de los medios de comunicación, sobre todo del gran cuñado de Tinelli y su alika alikate! Es decir, ganó una elección sin ninguna propuesta política. Sólo imagen. Pero muy inteligentemente tomó la bandera de la inseguridad diciendo que él tenía una propuesta, aún la estamos esperando. Hoy en día, hace lo mismo. Habla de la inseguridad pero sin decir como combatirla. Habla (como Duhalde) de combatir contra la pobreza y el hambre, pero sin decir como. Sólo es humo, sólo imagen.
La inseguridad es un problema, pero que se combate con formas de inclusión social, política y económica. Con proyectos concretos. No con un superhéroe como se presenta De Narvaez asi mismo. Es hora de pensar y elegir. Como bien dije al comienzo, muchas de estas ideas no se tratan de partidismo sino, de ideología. Hay un amplio abanico para elegir: Binner, Alcira Argumedo, Cristina. Elijamos de acá hacia arriba y no de acá hacia abajo! 

J.J

martes, 22 de marzo de 2011

Dos modelos. Primer nota de "Los indiecitos de Máximo Paz"

¿Por qué algunos políticos prefieren serle funcional  a un medio hegemónico que  conforma un grupo monopólico, cuyo origen de dicho grupo se asocia a delitos de lesa humanidad? O sea, porque la impresentable de Carrió, el cabeza de globo de Duhalde, el colorado De Narváez o el “mama el pan me tomo la leche” de Macri, defienden tanto a dueños  multimillonarios de una empresa que se dedica a mentir  todos los días? En la actualidad estamos viviendo la construcción de una nueva sociedad. Se  empieza a  res-quebrajar un antiguo modelo de  Estado, basado en el  mercado, el liberalismo económico, hacia un Estado que atiende a              las  necesidades de las mayorías, a través del gasto público, a través del  intervencionismo estatal, pero que también integra a las minorías (como en el caso,  de los gays o los pueblos originarios).  Y éste último modelo de Estado a sido llevado a cabo por un gobierno que se puso al hombro algunas políticas que tendieron dese-quilibrar al antiguo modelo. Ese viejo  modelo que favoreció el crecimiento de los monopolios como los del grupo Clarín, que privatizó los servicios estatales, y que mantuvo una estrecha relación con los grupos militares que produjeron el  más cruel pasado en la sociedad argentina. A este modelo neoliberal se le opone a ahora otro modelo más intervencionista. La asignación universal por hijo, las retenciones al sector agroexpor-tador, la desmonopolización de las grandes empresas que eliminan la competencia, la estatización de las jubilaciones, la cancelación de la deuda con el FMI, el plan “Argentina conectada”, en la actualidad se empieza a hablar de la posibilidad de repartir las ganancias de las empresas entre sus trabajadores, la vuelta de los juicios de la última dictadura militar y la recuperación de la memoria de un pueblo, son algunas de las políticas que si bien son producto de un gobierno, son más bien políticas de Estado. La "oposición" del gobierno juega el papel de oponerse  solo por oponerse. Su  fin último  es tratar de bajar un gobierno que ha sido elegido democráticamente. Y en este papel se ponen al servicio  de las
empresas más po-derosas del país. Defienden los intereses de Magneto, dueño de Clarín, y se transforman en soldados del mismo. Señores feudales que tienen a la justicia detrás por adoptar bebés robados por los milicos, encuentran representantes políticos en gente como Macri, De Narváez, Duhalde, Carrió. Fieles soldados que "una empresa"  tiene a su disposición. Prefieren que seamos gobernados por intereses económicos de algunos pocos, a ser gobernados por un gobierno que fue elegido por la mayoría. Hablan de que se quiere coartar la libertad de expresión cuando nunca se tuvo la más libre oportunidad de decir lo que cada uno
piensa como ahora. Es que los periodistas estaban acostumbrados a mandar fruta, decir lo que quieren, total era la única verdad (incuestionable), pero hoy surge alguien que dice: “tal vez no sea tan verdadero lo que decís, tal vez decís eso porque te conviene, tal vez no seas tan neutral y respondas a los intereses de tus dueños”. Es ahí donde se empieza a confundir con otro tipo de libertad. El problema es que lo que se quiere, es que no se digan ciertas cosas, porque para ellos la libertad de expresión es libertad económica, por ende, libertad de hacer lo que se les antoja. La libertad de ellos es dejarlos crecer para transformarse en poderosos monopolios y controlar así, la radio, la TV, los diarios, Internet, las jubilaciones, etc.
En definitiva,  éstos son los dos modelos de Estado, uno que pide libertad económica y controlar todo a su alcance, el otro que rompe la acumulación, la concentración de las empresas en una sola mano para ser repartida en varias, que busca lograr la inserción de los excluidos. Tal vez este no sea el mejor gobierno para tal fin, pero si constituye una base sólida para seguir construyendo hacia adelante un modelo de sociedad más inclusivo.

El consumismo. Nota hecha para "Los indiecitos de Máximo Paz"

¿Qué zapatillas tenés? ¿Qué celular usas?  ¿Cómo no tenés celular? Las empresas, las marcas, han logrado un poderío importante sobre nosotros. En esta sociedad capitalista, donde importa más el ¿Cuanto tenés? Que el ¿Quién sos?, todo nos lleva a gastar. En este sentido se opera sobre las mentalidades de las personas, haciéndonos creer que si no tenemos las Nike de 400 mangos o el celular que saca foto abajo del agua, no existimos! Para entrar al mundo tenés que tener celular, sino quedas afuera. Nadie quiere quedar afuera, aislado, solitario. Es así como trabaja en nuestras mentes  el mercado capitalista. Pues, “si no tengo celular, quedare afuera, y si quedo afuera no soy nadie”.  Lo interesante es que ya no somos vistos como personas, sino más bien como consumidores. El consumidor gasta su plata, y el mercado tiene que estar allí para satisfacer esa necesidad. Antiguamente la gente compraba las cosas de acuerdo a su necesidad, el sujeto necesitaba algo y lo compraba. Hoy el mercado crea la necesidad. Inventa una necesidad que hasta ese entonces no era tan necesario. Nos dice compra el último celular que tiene música mp3, fotos, filmadora y un raya quesos! Y a través de la masiva publicidad nos terminan convenciendo que un celular con raya quesos es muy necesario para nuestras vidas. Pero además el mercado impone un modelo. El ser eternamente joven y bello. Las cremas, los talles de ropa, y la misma tv imponen que para existir hay que ser joven y esbelto. Los viejos no sirven, son desechados en la basura, a menos que compren la nueva crema rejuvenecedora, y así ser parte nuevamente de la tan ansiada juventud. Por otro lado, poco importa si las zapatillas que tenemos de 400 mangos las hicieron obreros
es clavizados, viviendo en condiciones indignas. Porque todas, o  casi todas las marcas trabajan con esclavos. El sueldo que le dan solo les alcanza para su subsistencia. Apenas un vaso de agua, un pedazo de pan para seguir trabajando 15, 16, 17 horas por día. Pero, ¿Que mierda nos importa a nosotros no? Lo importante es salir y lookearnos con nuestras nuevas zapas.
La inclusión a esta sociedad consumidora, solo se logra comprando, solo se logra teniendo. El “tener” es un valor creado por el sistema capitalista.  Es decir por las empresas, por las marcas que día a día se adineran mas y mas por nosotros, los boludos consumidores que compramos todo lo que nos ponen adelante. Tan importante es este “tener”, que se puede llegar matar. Porque, ¿Qué pasa cuando no hay dinero para comprar una leche y el mercado me obliga a consumir sus productos? Aunque Uds. no lo crean, el peso que tiene el mercado sobre nuestras cabezas es muy fuerte, tanto que puede llegar al borde de la locura. Porque si queres estar incluido tenés que tener, no hay más vueltas. Si no tenés, no sos nadie, no sos nada. Pero, que tal si le hacemos un revés a este modelo, y en vez de consumir y consumir como pavos decimos, hasta acá!!! Esto no quiere decir saquémonos las ropas y andemos en tarlipes o en tapa rabos, sino implica ser consciente de hasta qué punto, podemos llegar a ser nosotros mismos esclavos de esas empresas. Esclavos que estamos condenados a comprarles de por vida. Ser conscientes, implica responsabilidad y compromiso y solidaridad con esos obreros esclavos. Pero además ser consientes de nosotros mismos como personas, y esto es que; a la hora de mirar a la otra persona y en vez de pensar quien es en base a lo que tiene, podamos clasificarla en base a lo que es, por lo que es en sí. 

Jose Juarez